Nala, nuestro pastor belga malinoise
Tanto María como yo, hemos vivido siempre teniendo perros en casa de nuestros padres. Cuando nos casamos, decidimos que queríamos tener uno y fu cuando adoptamos a Cami, nuestro Cooker, del que ya os contaré su historia. Una vez que Cami ya no estaba con nosotros, volvimos a animarnos y adoptamos a Nala, un cachorrito que en principio pensamos que era un cruce de pastor alemán pero que luego nos dimos cuenta que es un pastror belga malinoise.
Nala tiene ya 7 años. Es un perra tremendamente buena y tranquila que vive felizmente en nuestro jardín. Muchas veces intentamos que entre en casa pero ella no se siente a gusto en casa y se pone muy nerviosa así que terminamos dejando que vuelva a su jardín.
Nala se lleva estupendamente tanto con los gatos, como con las otras dos perras que tenemos, Bianca y Luna. Nunca ha mostrado rechazo a ningún animal y a los perros que nos visitan, perros de nuestros amigos, los acoje bien y les encanta jugar con ellos.
Nala solo tiene un defecto, la comida. Es una gran glotona y no te puedes despistar porque todo lo que te pueda quitar, se lo come sin reparo. Es un trauma que tiene desde pequeña, s sobreentiende que, el tiempo que pasó en la protectora, tuvo que pasar hambre y de ahí que con la comida no tenga miramiento ninguno.
Cruzando ya la mitad de su vida, Nala tiene una buena salud y nunca se nos ha puesto enferma. esperemos que esa gran fortaleza que tenga, nos permita que podamos disfrutar de ella, como mínimo, otros 7 años más.