Harvey
A últimos de agosto se produjo una gran tormenta en Houston denominda “Harvey“. Las cifras aún provisionales, más de 30.000 personas siguen fuera de sus casas en 320 refugios de dentro y fuera de la ciudad. Esta tormenta se ha convertido en una de las peores catástrofes naturales en Estados Unidos y quizá en la peor del estado de Texas. Mucha gente tuvo que dejar sus casas y llevar a sus perros en brazos o en barcas. Una de las historias más conmovedoras ocurrió en un refugio de la Cruz Roja que no aceptaba mascotas. La familia Bice no estaba dispuesta a dejar atrás a sus dos perros y su gato, por lo que optaron por dormir afuera de la sede. Otros, en cambio, abandonaron a sus perros a su suerte mientras aún seguían atados al patio de sus casas.A las autoridades locales les ha parecido incomprensible que una familia no pueda hacerse cargo de la supervivencia de su propia mascota, pero que ni tan siquiera lo desaten para que el perro pueda intentar sobrevivir por sí mismo. El propio Stephen Carlisle, jefe de la policía de Roman Forest, al norte de Houston, ha prometido que “detendrá personalmente a cualquier persona que haya dejado a sus perros atados en condiciones climatológicas tan extremas”. También se pidió a la gente que se ocupaba de los rescates de personas que si encontraba un animal en estas condiciones, lo rescatase si era posible o que se comunicasen con los servicios animales locales. La verdad es que fueron más las personas que huyeron con sus mascotas y los voluntarios que salieron a ayudar a los perros que la gente que les dejo atrás. Rescatistas de otros estados rescataron a varias mascotas y los llevaron a refugios seguros fuera de Texas.
Una historia que llamo la atención fue la de Otis. El dueño de Otis es un niño de cinco años, su abuelo dejó al animal resguardado en casa con comida y agua suficiente para que aguantara hasta que pudiera volver a por él. El perro se escapó del garaje, con una bolsa de comida en la boca. Un vecino avisó a la familia de que Otis estaba vagando por las calles de Houston. Menos mal que otra vecina le fotografió vagando por las calle con la bolsa de croquetas en la boca. La foto que la vecina subió a una red social se hizo viral, siendo compartida más de 30 mil veces. Gracias a la publicación, Otis pudo volver a casa. Además, su imagen deambulando solo entre la tormenta se ha convertido en un símbolo de fortaleza para los habitantes de esa región, un verdadero héroe.
Kisses,
Olalla
