Hay que tomar medidas
Volvemos a retomar el tema de los petardos, bengalas, bombas, fuegos artificiales… pues aunque desde algunos Ayuntamientos se pidió a la población que se lanzaran solo durante breves minutos en Nochevieja (Vitoria), en algunos municipios los hemos sufrido todas las Navidades. No solo a las mascotas, a los dueños nos molestan sino que también a las personas mayores o enfermas así como a los niños con autismo. Aunque es legal vender petardos, cada municipio cuenta con su propia normativa, en muchos de ellos esta prohibido lanzarlos en la vía pública. Si no se tiene autorización, se puede denunciar a un persona por tirar un petardo. La falta sería leve o grave sí se causan daños o alarma. Según la policía, es difícil perseguir este delito pues hay que sorprenderles en el momento.En esta página se recogen firmas para prohibirlos.
La campaña que pusieron en marcha el Diario Sur y la Protectora de Animales y Plantas de Málaga para que los animales fueran respetados durante las fiestas navideñas, no surtió mucho efecto pues se siguió tirando fuegos de artificio. La gente subió un montón de fotos de sus perros luciendo el lema #NOSEASPETARDO a las redes sociales. Desde la protectora no pedían la prohibición de usar pirotecnia sino querían que la gente se concienciara de los mal que lo pasan los perros con el estruendo que causan los petardos, cuetes, bengalas, fuegos de artificio en Navidad y Fin de Año.
La gente siguió a lo suyo y varios perros han fallecido por los petardos. Pancho, era un pequeño yorkshire, que pasaba la Nochebuena con su familia en Málaga cuando el estallido de un petardo le ocasionó la muerte por infarto. Mateo, fue rescatado de la calle hace ocho años una madrugada de Navidad huyendo desesperado de los temidos petardos. Toda la noche de Nochebuena estuvo jadeando y babeando sin parar ni un minuto yendo de un lado a otro buscando refugio. No tomó ni una gota de agua pero la mañana de Navidad bebió agua en cantidad. Su estómago estaba lleno de aire, al beber tanto, se le hinchó como un globo y se le dio vuelta en un giro de 180 grados. Fue operado de urgencia, pero el cuadro era tan delicado que su corazón empezó a fallar. Después de 5 días, falleció. Otros se han escapado de sus casas asustados y han sido atropellados.
En nuestra sociedad no tenemos empatía con las personas, no pensamos en los demás. Estos días a cuenta de este tema he podido leer comentarios desagradables en otros blogs. Se debería intentar pensar un poco en el prójimo, hay personas enfermas, animales, niños con enfermedades raras y no solo pensar en divertirnos. Desde este blog pedimos a los Ayuntamientos que establezcan un horario en Nochevieja para poder tirarlos y no estar durante casi quince días oyendo un estruendo tras otro.
Kisses,
Olalla