Perdida en los túneles del metro de Nueva York
Lucy, perra de apoyo emocional de Susan Malone, pasó un día huyendo después de escapar de la casa de su hija en Manhattan y correr hacia una estación de metro de Nueva York. Susan se encontraba en ese momento hospitalizada ya que se había roto un brazo y una pierna. Dejó a su hija al cargo de la perra y cuando ésta volvió a casa del hospital, la perra salió corriendo por la puerta, hacia el ascensor, que estaba abierto y encontró su camino hacia el vestíbulo. La pobre perra estaba en un barrio desconocido y se puso a correr sin saber a dónde ir. Cruzó una avenida y bajó hacia una estación de metro, cómo si supiera que esta era la forma de regresar a su casa.
Enseguida, la policía comenzó a buscarla en los túneles del metro. Para ayudar con la búsqueda, la MTA cortó temporalmente la energía de las vías del metro. Diez horas más tarde, Lucy fue rescatada por un supervisor de servicio de trenes de la MTA, José Bonilla. La perra estaba cansada pero sin ningún rasguño, excepto una uña rota. La directora de atención al cliente de MTA, Sarah Meyer, un día más tarde premio la labor de éste supervisor del servicio de trenes por el rescate de Lucy.

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Lo cierto es que pasó 10 horas allí abajo, lo que podría fácilmente haber acabado en tragedia porque la perra se metió en la vías del metro, tuvo un final feliz.
Kisses,
Olalla