Perros de rescate
El mes pasado tuvimos que hablar varias veces de los perros de rescate, debido al terremoto en Nepal y la erupción del volcán chileno Calbuco . Estos perros localizan personas sepultadas por un alud de nieve, riadas o terremotos… Son héroes anónimos, que de manera desinteresada, ponen a disposición de las personas su instinto.
¿Cómo se entrenan estos perros? El entrenamiento de los perros de rescate es duro: pistas americanas, alambradas que dejar atrás o ejercicios para desarrollar la obediencia, son algunas de las pruebas que sirven para formar a estos geniales perros. Los perros de rescate deben tener unas características especiales para llevar a cabo un trabajo del que dependen vidas. Además, trabajan con Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Protección Civil, Policía Municipal, Policía Nacional…). Para ser perro de rescate no es necesario ser de una raza determinada, incluso puede ser un perro mestizo. Lo que sí debe tener un carácter equilibrado y le debe gustar el juego, ya que es la base para su entrenamiento. Así mismo, el guía también debe tener un carácter especial: paciente, tranquilo y amante de los perros.
El entrenamiento comienza a las ocho semanas de edad y dura hasta los dos años. Su aprendizaje se basa en el juego con su entrenador, éste le esconde su juguete preferido entre un montón de escombros y el perro tiene que encontrarlo cuando le da la orden. Cuando el perro lo encuentra, se le felicita y se le deja jugar con su juguete. De esta modo, el perro juega y disfruta con la búsqueda, esta es la actitud que queremos que tenga cuando haya que encontrar personas. El perro aprenderá a asociar víctima con premio, él no va a distinguir si se trata de un entrenamiento o de una situación real, simplemente hará su trabajo para obtener el premio. El entrenamiento de estos perros no acaba nunca, hay que practicar continuamente para conseguir que el animal esté en buenas condiciones.
foto: peru.com
Hoy en día existen sistemas que ayudan a detectar la presencia de una persona sepultada, pero está demostrado que los perros son más rápidos y eficaces. A estos perros se les entrena a “ventear”, es decir, a oler el aire para poder detectar partículas de olor humanas. De esta manera el perro aprende a localizar estas partículas y a discriminar el olor de las personas que se encuentran en la superficie, dedicándose a buscar a las personas sepultadas. Cuando el perro ha localizado el foco de olor, avisa a su guía ladrando y se queda quieto en el lugar. Una vez localizado el punto exacto, se retira al perro para proceder con los equipos de desescombro.
A los dos años, estos perros empiezan a trabajar en una misión real. Su vida activa dura alrededor de nueve años.
Kisses,
Olalla